sábado, 23 de agosto de 2008

La sociedad de la información


Es cierto que nos encontramos en la sociedad de la información. Es cierto que todos los días miles (billones, en realidad) de bits fluyen: señales digitales de radio, de televisión, de telefonía móvil, se mensajes de texto... Y todos albergan información. Pero, ¿y el conocimiento? ¿No nos estaremos ahogando en información? ¿No será que intentamos absorber una cantidad tan ingente de información que no nos da tiempo a procesarla para convertirla en conocimiento? El ser humano es una máquina muy lenta.
Para que os hagáis una idea. Imaginaos haciendo un test (que seguro todos hemos hecho alguna vez) donde nos están pidiendo una opinión. Imaginad ahora que os dan 7 posibilidades para elegir, que van desde que no estamos de acuerdo y va subiendo el nivel de aceptación hasta que estamos totalmente de acuerdo. En un segundo, esa es la capacidad que el ser humano puede procesar: 7 bits; podemos llegar a procesar esas siete opciones, ni una más. Si tuviéramos que procesar ocho posibilidades en la respuesta, necesitaríamos más de un segundo. Un ordenador de capacidad media hoy en día no baja de 3 billones de operaciones por segundo, en las que en cada una de ellas procesa 32 bits (cuando no 64).
Tengamos mesura, la información debe ir y volver y trasladarse y fluir libremente, pero hay que preocuparse en transformarla en conocimiento. Si dejamos esto a las máquinas, algún día pensarán por nosotros. ¿Queremos esto? Yo no. Debemos evolucionar hacia la sociedad del conocimiento.

http://tecnologiaedu.us.es/edutec/paginas/43.html

http://albertolacalle.com/contenidos.htm

1 comentario:

Tú o yo dijo...

Yo tampoco lo quiero. La primera persona que me habló de internet fue un profesor de filosofía. "Es fantástico, increíble, tienes toda la información que necesites e incluso llegará un día en que no hará falta salir de casa para hacer la compra", me dijo. Sentí pánico, sinceramente. No he vuelto a saber de ese profesor, al que, por cierto, le tenía muchísimo aprecio. Pero espero que, aunque el mercadona le lleve la compra a casa, siga dando clases en persona.